Este jueves se estrena en todo el pais, lo que será la última entrega de los mutantes de la Marvel, X-Men: Dark Phoenix (última entrega hablando de la era Fox).
Esta vez, los mutantes de Charles Xavier (James McAvoy) tendrán que enfrentar un gran dilema, cuando Jean Grey (Sophie Turner) comienza a manifestar un descomunal aumento de poder, debido a un accidente en una misión, ya que este poder comienza a corromperla convirtiendola en una amenaza para el mundo. Ahora los X-Men deben decidir si la vida de una amiga y miembro del equipo es más valiosa que la del resto de los habitantes del planeta.
Basada en el arco argumental "La Saga de la Fénix Oscura" escrita por Chris Claremont y dibujada por John Byrne, X-Men: Dark Phoenix se convierte en el capítulo más oscuro (haciéndole honor a su título) de la saga cinematográfica de los mutantes. Sin embargo, si bien es una buena apuesta, incluso llegando a ser una adaptación mucho más fiel que lo que fuera X-Men: The Last Stand, la cinta dirigida por Simon Kinberg tiene un fuerte problema a la hora de la narrativa, y es la falta de desarrollo.
La película es entretenida y los momentos de tensión y drama logran su cometido, pero lamentablemente esta falta de desarrollo presente en toda la cinta, debilitan por completo el potencial que varias escenas logran exponer.
Lo peor es que esta falla no solo se ve reflejada en las escenas sino también en los personajes. A ver, Sophie Turner está increíble personificando a Jean Grey y es justo decir que tiene un buen desarrollo (y si, después de todo era la protagonista), sin embargo personajes como Mystique interpretada por Jennifer Lawrence, o el Magneto de Michael Fassbender quedan por completo desaprovechados y lo más triste es que son personajes que, en un inicio muestran que tienen todo para brindar.
Ahora entre Lawrence y Fassbender, definitvamente el que más sale perdiendo es este último, ya que su personaje Eric Lansher es puesto en una encrucijada, que de haber sido bien ejecutada, argumentalmente hablando, hubiese sido una auntetica pasada verlo, sobretodo si se tiene en cuenta la enorme capacidad actoral de Michael Fassbender. Pero lamentablemente se decantaron por el camino fácil, resolviendo todo a las apuradas. ¿El resultado? bueno, digamos que algo que tranquilamente podría haber sido uno de los ejes centrales de la película termina siendo apenas un momento anecdótico que queda en la nada.
Y con todo esto la pregunta es ¿entonces vale la pena ver esta película? MAS BIEN LOQUITA!!! (diría el Bananero). La película se deja ver a pesar de estas falencias, aún cuando tengamos un guión, como ya dije, pobremente desarrollado y alguna lineas un tanto reiterativas, X-Men: Dark Phoenix es un título que merece que se le de una oportunidad, su temática oscura, su espectacularidad visual y sus escenas de acción hacen que sea un entretenimiento muy ameno.
X-Men: Dark Phoenix quizás no sea una maravilla y como película despedida de una saga que se mantuvo por 19 años en el cine, le faltó bastante. Pero aún asi, es un producto mucho más que correcto dentro del universo de los mutantes.
Ahora en una reflexión final y de corte bastante más personal, no puedo dejar de pensar que estamos ante una película que no debería haber sido. Es decir, haciendo memoria y si se recuerda el final de X-Men: Apocalypse, más concretamente su escena post-créditos sucedía algo que se podía considerar una especie de cliffhanger, es decir algo que esta película iba a desarrollar. Lo gracioso es que nada de eso sucede aqui, esta cinta rumbea para otros lados dejando aquella escena en la nada misma. Ahora recordemos que entre aquella Apocalypse del 2016 y esta película, sucedió la compra de Fox por parte de Disney. Con esta adquisicón, y teniendo en cuenta que en el nuevo MCU post Infinity War los mutantes serían incluídos, no es descabellado pensar que Dark Phoenix es más un final abrupto para dar paso a la generación Disney, que una película que cierra un ciclo, no sé es una simple hipótesis, pero ¿quien sabe?
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